Plantel Profesional 21 de junio de 2025 - 17h
Ídolo de un país

La historia de Di María y la Selección Argentina.

Es 10 de julio de 2021 por la noche en el mítico Estadio Maracaná de Río Janeiro. Sobre el césped, rodeado de tribunas vacías por el contexto de la pandemia, está Ángel Di María mirando la pantalla del celular con sus ojos llenos de lágrima… de emoción. Habla con su familia y mientras les muestra su medalla de campeón de la Copa América expresa: “Algún día se iba a romper la pared y se rompió la pared, me la di muchas veces, pero seguí estando acá, nunca aflojé pá, como siempre me enseñaron”.

En ese momento, probablemente, se marcó un antes y un después en la historia de Ángel Di María con la Selección. Porque el zurdo lo había intentado en más de una oportunidad, varias veces había estado muy cerca, pero hasta ese día no había podido ganar un título con el combinado mayor argentino. Sin saberlo, o quizás si, ese éxito sería el primero de una seguidilla increíble e histórica.

La historia de amor entre Di María y la Selección tuvo varios capítulos y comenzó mucho tiempo antes. Fue en el verano de 2007, cuando todavía era jugador de Central y disputó el Sudamericano Sub 20 que lo clasificó al Mundial de Canadá. Esa misma Copa del Mundo juvenil, que la disputó justo antes de marcharse a Benfica, lo convirtió por primera vez en campeón.

Un año más, tras dar sus primeros pasos en Europa, y aún presentes sus buenas actuaciones en la cita en suelo canadiense, se ganó su lugar en el seleccionado Sub 23 que participó en los Juegos Olímpicos de Pekin. Allí comenzó con lo que luego sería una sana tradición: la de los goles en las finales, los goles importantes. El 23 de agosto de 2008, Fideo la picó ante el arquero de Nigeria para sellar la segunda medalla dorada de Argentina de la historia olímpica en fútbol.

Apenas unos días más tarde, el 6 de septiembre, ya estaba debutando con la selección absoluta. Su estreno fue en un empate 1-1 ante Paraguay en el Monumental. Sería el primero de los 145 encuentros que disputó Angelito representando al país.

Los progresos no se detenían. Tan solo nueve meses después de su debut ya estaba en Sudáfrica para jugar su primer mundial, y como titular. El mundo hablaba cada día más de Ángel que tras la cita mundialista, se convertía nada menos que en jugador del Real Madrid.

Di María formó parte de una generación histórica de futbolistas argentinos que brillaban por el mundo, pero que lamentablemente no lograban coronar un título con la Selección mayor. En tres años consecutivos Fideo vio como la gloria le pasaba muy cerca, tras caer en las finales del Mundial 2014 y las Copas América 2015 y 2016.

Parecía ser una historia cruel con un triste final, pero a base de perseverancia y de no renunciar a sus sueños, Di María llegó a escribir los capítulos más felices de este cuento. Aquella noche del Maracaná fue el autor del tanto con el que Argentina pudo ganarle la final de la Copa América 2021 a Brasil en su casa, y cortar así una sequía de 28 años sin títulos para la selección nacional mayor.

El 1° de junio de 2022, volvió a anotar en un encuentro determinante, esta vez fue ante Italia para que Argentina se quedé con la Finalissima, que enfrentó a los campeones de Sudamérica y de Europa.

Y a finales de ese año escribió la página más importante del libro, cuando anotó en la final contra Francia y se convirtió en campeón del mundo con la Selección Argentina. Y lo hizo manteniendo su rango de jugador determinante en las finales pero, sobre todo, dejando un gran mensaje de superación, y perseverancia para alcanzar el máximo sueño de todo futbolista.

Tan bonito fue el final de esta historia que, como corolario, Di María pudo retirarse de la selección en el momento que él lo decidió. Y lo hizo nada menos que con su cuarto título consecutivo: la Copa América 2024.

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