Prensa 4 de junio de 2025 - 13h
Tanzania Canalla

La Academia de fútbol Kakakuona luce orgullosa los colores de Central

Cuenta la historia, que Santiago Molfino, nació en Rafaela. Se vino a estudiar a Rosario, y como pasa muchas veces, se enamoró del Paraná, del Gigante y se convirtió en un Canalla más. Tiempo después, en sus interminables andanzas africanas -y por esas cuestiones de la vida - se conjugó el destino para que desembarcara en Kigamboni,  uno de los cinco distritos de la región de Dar es Salaam en Tanzania. Ya instalado allí, el oriundo de Rafaela y fanático del deporte de la redonda, se fue acercando a una escuelita de fútbol ubicada a escasas cuadras de su casa. Y como lo haría cualquier Canalla de ley, comenzó a evangelizar a dicho establecimiento.

Es por eso que “Tato”, apodado así desde chico, se contactó con el área social de nuestra Institución, y en conjunto con un manojo de buenas voluntades como Rodo y Josefina, pudo convidar la pasión canalla, que obviamente a todos los hinchas Auriazules nos llena de orgullo. Es que la Academia de fútbol Kakakuona, de Tanzania, recibió camisetas Central y ahora, exhiben orgullosos los colores Auriazules.

Para conocer un poco más sobre esta hermosa historia, te dejamos el siguiente relato:

Tanzania es tierra de grandes guerreros. En las vísperas de la navidad de 1889, en los baldíos de Avenida Alberdi, un grupo de empleados ferroviarios desenfundaba un sueño llamado Rosario Central. Por ese mismo año en el sur de la actual Tanzania, los guerreros Abushuri se rebelaban contra la ocupación colonial europea. En 1905, mientras se disputaba el primer campeonato de la ciudad de Rosario con debut canaya, la rebelión Maji Maji, en una gesta memorable, tomaba las armas nuevamente contra la depredación y violencia colonial alemana. Sesenta años después, Ernesto Guevara de la Serna se infiltraba en Tanzania bajo el seudónimo “tatu” y cruzaba el lago Tanganyka para dirigirse al Congo con fe revolucionaria. El Che también viajaba con su amuleto centralista.

Historias jalonadas de coraje, de hazañas sin par, derrotas y fracasos.

Leyendas populares, el Shujaa en lengua swahili, es el Guerrero que no siempre gana, sino que siempre lucha.

Grandes valores, valentía y mucho corazón conectan todas estas experiencias. Hoy, aunadas por el amor al futbol, por el sueño de potrero de miles de pibes de convertirse en un angelito de Di María, de jugar una Copa África o aterrizar algún día en las ligas europeas.

En Mjimwema, distrito de Kigamboni, cerca de la populosa Dar es Salam, la Academia juvenil Kakakuona ya luce los gloriosos colores de Rosario Central. Nace una amistad, un vínculo para un conocimiento más justo y honesto del otro, de nuestras pasiones y esperanzas y el deseo del encuentro como bandera.

Un aprendizaje signado por el fútbol, que otra vez desde abajo, nos convoca a construir humanidad.

Hay semillero, hay corazón guerrero para rato.

Zanael Temba, director de la Academia juvenil Kakakuona, dice: “Muchas gracias Rosario Central, ‘el canaya’. Bienvenidos a Kigamboni, Dar es Salaam para desarrollar los talentos de los niños. El fútbol llega lejos, no tiene fronteras. Ojalá un día vengan desde Argentina para un partido amistoso y seremos más gente… ¡Vamos Canaya!”

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