Institucionales 3 de diciembre de 2024 - 13h
Una Jornada de Inclusión y Amor en el Gigante de Arroyito

Un grupo de jóvenes y adultos con discapacidades intelectuales y mentales del centro de día Alas tuvo la oportunidad de vivir una experiencia única e inolvidable, gracias a la colaboración entre la institución y el Club Atlético Rosario Central. Esta visita, que se gestó de manera solidaria y comunitaria, permitió a los chicos de Alas conocer más de cerca las instalaciones del estadio y disfrutar de una jornada de inclusión, emoción y, sobre todo, mucho amor.

La historia comenzó cuando la directora del centro, Evelyn Sigaudo, quien lleva adelante esta asociación sin fines de lucro, se contactó con los representantes del área Sociales de Rosario Central con un pedido especial: una camiseta autografiada del club para poder sortearla y recaudar fondos para los chicos. La solidaridad fue instantánea, y la respuesta no se hizo esperar. En ese primer encuentro, no solo se entregó la camiseta, sino que también compartieron un cálido momento con los jóvenes y adultos del centro Alas. "Nos fuimos enamorados de la experiencia", contó Fabiana Collar, miembro de Comisión Directiva del club de Arroyito.

Al hablar con los jóvenes y adultos del centro, los responsables del club conocieron una realidad conmovedora: muchos de los chicos no tienen las oportunidades de salir a eventos o de disfrutar de actividades recreativas debido a la falta de recursos para costear el transporte. Fue entonces cuando surgió la idea de organizar una visita guiada al estadio, algo que para ellos era un sueño lejano.

La propuesta fue clara: una visita al estadio y la posibilidad de hacer el recorrido como cualquier hincha del club. Junto a un grupo de jóvenes de la comunidad, lograron organizar el evento. "No queríamos que fuera solo una visita, sino una jornada completa", explicaron. Para ello, el club cubrió los gastos del transporte y, el día del evento, el grupo se preparó para recibir a los chicos como verdaderos invitados de honor.

La visita al estadio comenzó en el punto de encuentro, el sector donde los jugadores desembarcan del colectivo en cada partido. Desde allí, la emoción fue creciendo con cada paso que daban. Pasaron por el vestuario, se sentaron en los bancos de suplentes, sacaron fotos, escucharon historias del club y disfrutaron de una experiencia que muchos de ellos jamás imaginaron vivir. El momento más emotivo se vivió cuando los chicos pudieron pisar el césped del Gigante, un sueño hecho realidad para muchos de ellos.

Pero la jornada no terminó ahí. Tras la visita, los chicos fueron llevados al "Caribe Canalla", donde se les preparó una hamburgueseada.

A lo largo de la tarde, hubo risas, fotos, abrazos y mucho afecto. La jornada se extendió hasta las 3 de la tarde, momento en el que el colectivo regresó al centro de día. "No fue un trabajo de un solo día, sino el comienzo de una relación que queremos seguir cultivando con ellos y con otras instituciones que trabajan con jóvenes y adultos con discapacidades", expresaron los responsables de esta iniciativa.

Lo destacado de esta experiencia, tanto para los chicos como para el área de Sociales de Rosario Central, fue el amor y la alegría compartidos. "Estar con ellos es desconectarse de todo lo malo. Estar con ellos es estar rodeados solo de amor", concluyó Fabiana Collar.

Con esta experiencia en el estadio de Rosario Central, se demostró que la inclusión es mucho más que un gesto, es un acto de empatía, cariño y, sobre todo, de humanidad.

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